sábado, 11 de septiembre de 2010

A la zaga del más agresivo de los tumores cerebrales...




Autor: Kelvin M. Piña Batista

El cáncer cáncer es una de las principales causas de muerte en España y cerca de 1.500.000 casos nuevos serán diagnosticados en Europa durante los próximos meses, de entre los cuales, más de 550.000 personas morirán, con toda probabilidad. Aún así, no es posible obviar que los avances en la detección, diagnóstico y tratamiento han aumentado la tasa de supervivencia, si bien, sólo en algunos casos.

En el caso concreto de los tumores del cerebro, los gliomas en adultos, representan el 40% de las neoplasias primarias cerebrales, mientras que el glioblastoma multiforme llega al 50%. Se trata de un tipo de tumor del sistema nervioso central de crecimiento rápido que se forma a partir de tejido glial o de sostén del cerebro y, desafortunadamente, es la variable más maligna y frecuente.

Los esfuerzos empleados durante años para mejorar la calidad de vida y la superviviencia de estos enfermos han sido múltiples, pero aún así, el tiempo de sobrevida es corto, con 14 meses en promedio tras el diagnóstico. Resultado al margen del empleo de radioterapia, quimioterapia y las técnicas más avanzadas en cirugía.

Estas y otras razones derivadas del trato diario con pacientes, me han llevado a tomar esta patología como objeto de estudio para una reciente investigación de la que aquí se presenta un breve resumen.

Como decía, el GBM es una neoplasia muy agresiva, cuyos hallazgos anatomopatológicos pueden resumirse brevemente en lo siguiente: presencia de astrocitos gemistocíticos, neovascularización con proliferación endotelial, zonas de necrosis y células pseudoempalizadas que las circundan. Todo esto sin mencionar los factores relacionados con su alto índice mitótico y proliferativo.

Con bastante frecuencia afecta a personas adultas localizándose en los hemisferios cerebrales, que presentan lesiones usualmente de carácter unilateral, aunque en los casos que afectan al tronco encéfalo y cuerpo calloso, entonces pueden aparecer simétricamente bilaterales. El diagnóstico histológico está basado principalmente en la atipia nuclear y la actividad mitótica, y precisamente por su naturaleza invasiva, no pueden ser resecados completamente, a pesar de los progresos alcanzados en la técnica quirúrgica, apoyados por la radio y quimioterapia.

El origen celular del GBM es un tópico de considerable controversia e investigación. Estudios recientes han sugerido que un subgrupo de células cancerígenas, indistintamente llamadas células propagadoras del cáncer podrían iniciar el crecimiento de diferentes tipos de células cancerosas y asimismo, ser las responsables de la resistencia terapéutica.

Existen muchos patrones para la clasificación de los glioblastomas multiformes. Usualmente, se reslata la división en primarios, con un desarrollo rápido e historia clínica breve, y secundarios, con una historia clínica relativamente más larvada. También existe la división en superficiales y profundos, aunque poco se ha reportado en la literatura al respecto, haciendo hicapié, entre otros elementos, en el patrón de crecimiento, biología molecular y vía de transformación. La evidencia científica actual resalta que estas dos presentaciones se diferencian, aparte de los datos ya señalados, por la diferencia de edad y las rutas genéticas utilizadas. Además, los GBMs superficiales tienen tendencia a evolucionar hasta hacerse profundos.

El diagnóstico clínico se caracteriza por una historia clínica usualmente corta (de menos de 3 meses en más del 50% de los casos) y los signos y síntomas derivan, de forma habitual, del aumento de la presión intracraneal (cefaleas, nauseas, vómitos y papiledema). Más de una tercera parte de los paciente pueden experimentar además, un ataque epiléptico.

En cuanto a los mecanismos de invasión, se han descrito un gran número de mediadores. Con carácter general, la PTN, MK y ALK parecen jugar un rol importante en la supervivencia celular, mostrando relación con la progresión tumoral. De hecho, tanto la MK como la PTN, según la literatura, están asociados con la progresión de un gran número de tumores. Sin embargo, algunos, como los cerebrales, expresan niveles más elevados de PTN que de MK. En este punto, se debe resaltar que una alta expresión de MK una baja expresión de PTN, se asocian con un mal pronóstico.

Posiblemente, en la búsqueda de factores biológicos que limitasen dicha progresión pudiera estar una alternativa para prolongar la vida de estos pacientes. En los resultado de mi estudio se verifican hallazos anteriores en el sentido de que aquellos pacientes que presentan el GBM profundo tienen menor indice de supervivencia. En estos casos, posiblemente favoreciendo la formación desmoplasica se limitaría la progresión tumoral, pues se puede apreciar que aquellos pacientes con GBMs superficiales presentan más desmoplasia (medida por la COL 11) y mejor supervivencia relativa.


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